
Cuarenta es la cifra mágica
que marca unas cuantas épocas
para una voz que con su garra
haga que te seduzca la pasión
cuatro décadas empleadas
para embellecer con canciones
cada uno de los corazones,
a los que se ha dedicado con la alegría
marcada siempre por la palabra
que todo el mundo entiende,
la banda sonora de una vida
en la que la sinfonía nunca se pierde,
privilegio de estrellas que como ella
alejan con sus canciones
de la soledad y la miseria
regalando sonrisas y alegrías
a cada paso por el escenario
donde el correr de los años
la convirtió en estrella
con mucho esfuerzo y trabajo
estampando su estela,
¡¡¡GRACIAS ADRIANA¡¡¡
por con tu música,
hacernos mucho más llevadero
este desfiladero del camino
por el que discurre la vida¡¡¡…
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