Hay momentos tan mágicos
que hasta el tiempo en su inmensidad
los fotografía en segundos de alegría
quedándonos grabados
como tarjeta de cortesía,
períodos de caricias y sorpresa
bellos como besos extraviados
capaces de elevar el alma
hasta el punto de perdonar
comportamientos pasados
antes de que nos destruyeran
quise, hasta que mi conciencia
activó mi instinto de supervivencia
soltando la cuerda que me ataba
a un pasado sin remedio,
una etapa de apariencias tristes
caricias fingidas
besos pobres y zapatos rotos
que libre como siempre y sin secretos
disfruté como niño pequeño,
me regalaste
la belleza que te hace única,
un corazón abierto
lejos de odios
y esos espejos que ahora solo
te brindan felicidad fingida,
intento cruzar sin prisas ni miedos
un puente colgante con final misterioso
entre el coraje de seguir luchando
por lo que quiero,
o intentar franquear
la valla de la ignorancia
que acomplejada intenta
ponerme freno,
sin saber que mi fuerza
para seguir adelante
es indestructible y eterna…
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