Que bellos los fragmentos
que como rayos de sol
para encontrarse contigo
y acariciar tu cara
con la templanza
del que ama sin peligro,
palabras que aclaman
y gestos de aliado enamorado
que bebe de la fuente
eterna de un delirio,
lindo como el brillo
errante de tu mirada
cuando sube y baja sin destino,
cargué mis palabras de sonrisas
y me atreví a mirarte
con el entrecejo pendiente
de tus diligencias
y solo vi esperanza
a la que me acogí sonriente
pensando que eras mía,
hasta que tus alas desatadas
comenzaron a moverse
hacia un destino apartado
que nunca fue el mío,
porque a mi lado solo quedaron
nostalgias desatino y el estandarte
en el que se mecieron los temores
con los que quise cautivarte…
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