Siempre hubo dentro de mi
un “gracias” con las ganas resueltas
a intervenir si la ocasión se presenta
y a su lado, para por si acaso
en su defensa,
mi abuela con mucho cuidado
me los encajó muy dentro, tanto
que muchas veces se estorban
para ver cual sale primero
ante las sonrisas falsas y la desidia
con que provocan algunas personas
y aunque parezcan tan contrarios
el resultado es el mismo a la hora
de usarlos sin filtro,
porque al inteligente
a veces le duele tanto un “gracias”
como “un vete a tomar por saco”
al estúpido…