Que ingrata la soberbia
que pensándose poderosa
amaga su cobardía embutida
en el traje de la ignorancia,
aupados al sillón del cargo
desdeñando
el saber hacer del respetuoso
amparándose
en la ceguera de la arrogancia
por un puesto regalado
que únicamente defienden
con la ira que maneja la envidia
por saberse inferiores
en el mano a mano,
amantes del victimismo
se convierten en dueños
del abismo por el que se pierden
hasta sus propios valores,
flaco favor a la justicia
que personajes de este empaque
se erijan adalides de unas risas
falsas como sus propias vidas...