Como rayo disoluto
con la fuerza de la llama
diste luz a mis fantasmas
cruzando veredas negras
haciendo florecer
de nuevo mi sonrisa,
cogiéndome de la mano
me arrastraste por senderos
donde el verso pasea
entre el verde de sus cantos
al ritmo lento de una copla
con la que bailamos
sin importarnos la luna
que nos miraba prendida
y desnuda del fino gusto
de su mirada arrastrada
por el viento a punto
de despuntar el alba,
preparándose gozosa
para dar la bienvenida
al nuevo día sin que el sol
se diese cuenta que le quería,
hermoso nuestro abrazo
despuntando el alba
tú y yo solos con la envidia
de unos astros
que deseaban lo mismo
pero no podían...