Son tus ojos bujías que al ocaso
recogen los últimos reflejos
y hacen de tu cara noche estrellada
por el brillo intenso de sus pupilas,
tu frente altiva luce el canela
que acerca tu risa a la boca
dando a tus labios esa sensualidad maldita
que envenena cada fibra de mi cuerpo
cuando con forma de corazón enamorado,
expulsan aquella especie de burbuja
en la que viaja mi nombre
hasta el vientre de nardos
que configura tu cintura,
en tus oídos la música transforma
en susurros cada una de sus notas
para al llegar a los míos, sean cosquillas
lo único que provocan, que al día siguiente
te recuerdan hermosa como el pecho
donde guardas todos tus sentimientos
palpitando como reloj de arena,
soltándolos suave como los besos…