Yo sigo soñando en aquella tarde
y en su anochecer estío de sombras
buscando tus amaneceres,
en las rosas de aquel jardín perdido
sedientos de vida y placeres,
con el rio que manaba de tu cuerpo
a cada beso mío y en tu sonrisa,
en como me mirabas y el embeleso
con que te devolvía las caricias
que te hacían mas linda frente al espejo,
cruzamos los arcos del olimpo
casi sin darnos cuenta y ahora
cada mismo día del año
volvemos a subir la misma cuesta
donde el silencio es recuerdo
y tu nombre sigue grabado en mi pecho
bostezando, buscando una orilla
donde descansar nuestros cuerpos
como espiga segada
a la que ningún viento ajeno acaricia….