Miro a la luna discreto,
disfrutando de su encanto
y la respiro despacio,
para que me haga llegar
el afresado
sabor de tus labios,
mientras le canto
nanas escarchadas
y le bailo por sevillanas
cuando la guitarra,
flamenca como tu estampa
se recoge el pelo
entrelazado entre tus dedos
con la magia de la noche
que cierra con broche
un día más disfrutando
de las alegrías de tu escote
y de tus palabras
que me saben a manzanilla
aceite y romero
como los montes
de mi pueblo,
blanco por fuera
y por dentro
con el calor de lo bueno…