Gracias Don Antonio
por regalarnos fuerza y versos,
para un cambio en un tiempo
en que vivías enamorándote
en tu condición de caminante,
por nunca dejar de oír tu nombre
desde los labios de Leonor,
la mas rica de las almas
la más guapa de las buenas
y de la que guardaste siempre
su recuerdo en forma de espinilla
clavada en el corazón,
gracias por querer como quisiste
a Soria, Baeza al Duero y las sierras,
a Madrid y Sevilla
sintiéndolas desde el corazón
de cómo se desmembraba España,
por despreciar la ignorancia
por el daño que hace al valor,
por tu forma de compartir
letra sensata y despertarnos
al vivir, de cada uno de los sueños
gracias por dejar
nuestra alma prendida
en el fundamento de un viaje
caminando a tientas
alumbrándonos con tu farol,
por dejarnos en un pasar cercano
y por prevenirnos a estar al tanto
que solo embisten cabezas huecas
con ojos que nunca ven
los vacíos de sus cabezas…