Ocultaron astutamente
el balancín de azabache
mientras la tarde
hecha de madera caña y matas
sobre una colina recién pintada
daba vida a su arte y suelta
a miedos invisibles por la carencia
de nubes altas que oliesen a verano,
en el estanque de aguas verdes
croaban las ranas como martirio
inocente que no cesa e incluso
rompe los oídos, mientras el viento
campeaba a sus anchas atizando
el fuego de la esperanza
espejismo y dueño del anhelo,
trompetas azules rugiendo
entre el verde mal del bosque
dando letra a un concierto
que por sus formas penetra
dentro de corazones maldecidos
con la desdicha de la soltería,
tu me quieres yo te quiero
entonces que hacemos
destrozando nuestras vidas
buscando un lugar sereno
lleno de insectos sin abrazos
ni almohada donde reivindicar lo nuestro…