La paz de la casa ha venido
a recordarme sin prisa como la luna
en su contínuo ciclo de noches y dias,
mueve montañas de agua,
da luz a noches sombrías
y vida a los rios para que sirvan
de manantial sereno a esas criaturas
que necesitan la oscuridad
para pasar mas inadvertidas,
al tiempo me recuerda
las canas que pueblan mi cabeza
por el paso de un tiempo
al que nunca puse cuidado
pensando que llegué para quedarme,
inutil ya mi insistencia
en querer dar la vuelta
a un relog oxidado,
para volar perdí las alas
y del pasado no puedo recuperar
tanto tiempo gastado
en aguantarme la sonrisa,
tampoco puedo revivir
aquellos espacios en los que
me creí feliz con la urgencia
debida a quien no lo merecia,
ahora solo me queda agarrarme
a un bastón de madera
y a tantos recuerdos buenos
que no supe alargar en su tiempo...