Lo reinaba un rey canijo
bajo el cobijo de un castillo
frio por sus paredes de mármol
donde escaseaba la alegría
días cortos de otoño sin oro ni vino
eran su moneda de cambio
y un triste rio sin agua
regaba sus tierras abandonadas,
por el rey más desdichado del mundo
se le conocía hasta el día
en que un chico con su arte
sobre el mármol dibujó alegría
y con una bonita voz, una niña
atrajo lo hermoso de la vida
las flores abrieron sus pétalos
el agua encontró su camino
y la tierra volvió a su trabajo
regalando comida,
al rey lo declararon proscrito
misión cumplida¡¡¡…