Cientos de colores acompañan tu vuelo
sobre un cielo cargado de flores,
mariposa de talle fino y delicada
como tu dulce aletear en busca de néctar
dando brillo a una primavera de cristal,
sedienta de almíbar linda voladora
de aspecto frágil
donde anida un alma buena
que hace de ángel de la guarda de día
y de noche un protector incansable
al acecho del lecho
donde descansa su alma protegida,
cuando me aleje para siempre
quisiera ser como tú
mariposa en los cinco continentes,
para cuidar de su esencia decorosa
con las mismas ganas
con que estuve a su lado en la tierra,
y si se me permite un último deseo
para mi quiero únicamente dos colores,
del rojo sangre que alimenta mis venas
una banda a cada lado de otra
un poco mas ancha de oro viejo
como la tierra que me regaló la vida
para que naciera grande y libre
con la fuerza de un toro suelto
y poder decir siempre lo que pienso...