Despedirme sea quizás
el mayor de mis atrevimientos
porque para siempre quiero
amarte con la fuerza de mis brazos
anclada en la cintura de tus espasmos,
me pregunto porque te amo
bajo la luz del calendario de tus sonrisas
y mi sed por ti renace
como cenizas mal apagadas
desatando el fuego del infierno
que disfruto a tu lado
cada vez que me abrazas,
a la sombra siempre diferente
de esas llamas que enloquecen
cada fibra de mi cuerpo,
por la forma en que me miras
cada vez que sientes
el calor de mi deseo,
por cada mañana que amaneces
a mi lado con tu sonrisa
y tus ansias por apagarlo
como si se nos fuera la vida…