Recuerdas cuando
te escribía versos salados
con un ligero sabor
de tus besos pegado al final,
de cada una de tus palabras
haciendo chicas las mías
por la perversidad de sus intenciones,
me hice poeta por tu deseo
de fundirte en mi cuerpo
cada mañana fría
de enero para en verano
poderlas despegar con versos
de los que salen de muy adentro,
te escribía y no se porque
durante un tiempo
te negaste a recibir las rimas,
que sobre la servilleta
de cualquier bar escribía para ti
arrugándolas entre tus manos
como hojas caducas con la furia
de destruir la única cosa
que en verdad te hacía feliz...
Un amor entero, abierto a todo¡¡
una vida de anhelos
en los que la felicidad
fue siempre su mas fiel reflejo,
déjame volver a quererte y entenderás
que no fue cariño aquello que sentías,
pues amor es tiempo de alegría
con una mezcla grande de pasión
cuando se disfruta compartida...