Tu, yo y el riesgo infinito
que supone
la cruzada que nos aleja
momentos sufridos de esperanza
extraños y llenos de alegría
en los que cerramos los ojos
para encontramos,
tu ansiosa de tenerme
y yo perdido hasta tenerte,
una bondad escondida con la tregua
que dos corazones
jornada tras jornada
y apoyados en el espejo de la luna
usamos para querernos,
tu acento es la luz que abre
la puerta a lo prohibido,
un verso por el que te pierdes
y entras en mi oído
como besos con el precinto candente
a un amor sin límites ni grilletes,
tu y yo solos amparados
en el silencio de mil noches
sin lunas ni estrellas
pero con la luz intensa
de nuestros corazones
iluminando un amor
que nos guía como faros
en un mar endemoniado
hacia un puerto de serenidades
donde tu y yo solos
nos acariciamos
en momentos imborrables...