
De cartera fácil, sencillo
dicharachero simpático
y con mucha vida corrida,
mago de su acento
y ante todo un caballero
arto de damas sin escrúpulos
de las que habla sin resentimiento,
cuatro horas compartiendo
no dan para mucho,
pero en ellas vi al Joan Gibert genio
reconociéndose vanguardista
padre de una técnica
que domina mejor que nadie
y de la que no se guarda
en promover su aprendizaje,
cuando vuelve a la tierra humano
que no oculta sus licencias,
Gracias Joan por dejarme compartir
aquel rinconcito donde mis libros
brillaron con nombre propio
por el regalo de tus palabras
cuando presentabas al poeta…