Como viento pausado
volvieron a mi memoria
palabras que llenaron mi alma
por los labios que las pronunciaba,
retratos en blanco y negro
con la alegría de una primavera,
aquellas amenazantes manos
en su movimiento
de arriba hacia abajo
que en definitiva servían
para ofrecerme los más candentes
mimos y abrazos,
el hay cuando te pille
sin línea de salida
que me regalaba tu tierna mirada,
tirones de orejas
que hoy agradecería tanto
como una de tus caricias,
perderme entre tus brazos
donde el miedo no cabía.
MADRE, como cada día
desde hace un tiempo
sigues presente en mi pensamiento
por ofrecerme tantas alegrías
que han hecho de mi vida
una victoria disfrutandola,
manteniéndome lejos
de malos pensamientos,
e intentando
que cada una de tus palabras
me sirvieran como catecismo,
porque si de algo presumo
es de que fuiste
la mejor madre del mundo...