Tu voz me resuena desde el fondo
de tu mirada, callada
abstraída desde ese submundo
que abdujo tu mente de niño,
hasta convertirla en el adulto
en silencio que no entendia
las crueldades de supervivencia
que regian un mundo
al que seguro pensabas no pertenecias,
un mundo con escuelas
pero de las que solo disfrutaste
cuando pasabas por su puerta
porque el hambre te apretaba
mucho mas que las letras,
para despues a la edad
en que la mayoria de jovenes
empiezan a vivir,
una cruel guerra civil dirigida
por gente inhumana y unas ideas,
te eligieron para defenderlas
abusando de tus ganas para
que a tus hijos no se les negara
aquel aprendizaje que tu
hechabas tanto de menos,
resentimiento y hambre fue el mensaje
del que disfrutaste durante
los tres años preso a trabajos forzados...
Padre en mi recuerdo queda
como trataste mi mente de niño,
intentando que en ella no hubiese
el menor resquicio a un odio
que a tu alma dañó hasta el punto
de que no recuerdo la mímica
que destacaba en tu sonrisa
por lo escaso de su uso,
gracias padre por criarme sano
sin ganas de venganza y mucho menos
para que viviese una vida
anclada en un recuerdo que únicamente
sirvió para hacer mucho daño a tanta gente...