Que frágil la ágil memoria
cuando se la somete
al inocente castigo de poseerla,
recuerdos de mi niño lejano
y ausente de una escuela
por descubrir que no conocía,
el hambre la llave que la abre
y al anochecer el pecho de mi madre,
de mas joven los niños en la calle
una odiosa aula que la rellena
y muchas ganas por hacerme grande,
el desembarco en la adolescencia
la incertidumbre del lenguaje
y un espejo en que mirarme,
hasta llegar a una edad
en que quedó lejos el niño
aparece el hombre
matrimonios fallidos, hijos
y un trabajo que con el tiempo
se convierte hasta en aburrido,
que grande es la memoria
al llegar a viejo con su armario lleno
y las ganas vacías de sueños¡¡¡