Con la fuerza tensa
como el arco de una bóveda
reventándome cada uno
de los músculos del cuerpo
viví recorriendo miedos
venciendo a solas
caminos de tristeza,
sin tener un porqué
fui dejando amigos
y acercándome
a personas apagadas
de las que no aportan,
aguantando broncas
que no me tocaban
a cambio únicamente
de que a otros
no les hicieran daño,
todo esto sin apenas
darme cuenta
que iba renunciando
a la gente que me estima
y de como se iban apartando
para no sentirse heridas,
fui presa fácil del egoísmo
con que me trataba gente
que se permitía conmigo
la palabra amigo,
hasta llegar a deslizarme ausente
por el camino de la soledad
cabizbajo y sin espacio
para revolverme,
pero muy resuelto
a que en esta nueva etapa
no entre nadie
que no me respete…