Con pasos muy lentos
fui alejándome por caminos
donde recelos distintos
adulaban mis piernas
con la cautela de lo desconocido,
hermosos caminos
varados por la alegría
y el consuelo de lo extraordinario
por donde las ilusiones
crecen al ritmo de lo infinito,
acariciando
el poder siempre en la mente
de querer superarme a mi mismo
con la fuerza y el valor,
al ritmo de latidos sin obstáculos
de un corazón sin miedo
alimentando el alma,
buscando donde cupieran
todas mis pertenencias
ennoblecidas con el silencio
por el que manan
los buenos sentimientos,
lejos del odio y la tristeza
y conectada con la gran verdad
de que enriquece mas el cosquilleo
del amor sin gratificación,
que el honor con sangre
en la más grande de las guerras…
seguí huyendo de la nostalgia
de sentirme bueno únicamente
cerrando los ojos
y golpeando mi pecho
malgastando mi tiempo
tras la angustia de vivir
alejado de sueños,
porque alejándome despacio aprendí
que caminando lento
siempre se llega con la cabeza llena
y sintiendo
que el alma no nos atormenta….