Un manantial sereno que absorbe
con la pasión y el fuego
conque tintinean tus besos
sobre la piel desnuda de mi deseo,
un universo de lunas blancas
pobladas de abrazos que desatan
su luz sobre amaneceres,
con el exquisito encanto
del miedo a lo prohibido
y la locura irrefrenable
del milagro de sentirme tuyo,
versos plasmados con mis dedos
dibujando en tu cuerpo
un infinito de placeres
mientras de tu boca surgen cometas
gobernados por la estela
de la eterna sonrisa,
sonrisas entre las que se pierden
latidos incontrolados
que encienden el fuego de tus labios
convirtiendo en cenizas
cualquier atisbo de engaños…