Que gran tragedia que te dirija
una gerencia incompetente y vaga
que únicamente oye el ladrido
del perro que le guarda su asiento
por miedo que le ponga en la calle,
un doctorado que le rehúye
por no haberlo nunca trabajado,
arrogante y prepotente
amparado en sus propias leyes
humilla con traición y odio
el ingenio del que trabaja
y su pericia a la hora de demostrarla,
un titulo sin gloria con la venganza
como sello a la hora de gratificar
que se regodea en su sangre de victima
con el fulgor de héroe prepotente,
aliado de su propio enemigo
al que rinde pleitesía rodilla en tierra,
capaz de humillar al que lo defiende
antes de desenvainar su espada
para defenderle de cualquier patraña…