Recuerdo las muchachas de mi pueblo
en tiempos de aceituna
con el pañuelo tapándoles la cara
anudado al cuello la piel tersa
por el frio de las mañanas de Enero
y en su boca una sonrisa
espantando la dureza del momento,
la cuesta por la que bajaba a la escuela
cuando tocaba las campanas de la iglesia
y al maestro con traje gris raído
al cura buscando adictos en los bares
y a los civiles con tricornio brillante
bigote negro y menos carnes
que la tienda de al lado del ayuntamiento,
recuerdo los gritos de mi madre,
Juanillo que llegas tarde
y a mi abuela en su mecedora
abanicándose en verano,
a su gato negro que no recuerdo
de nombre y al hombre panadero
que paseaba el pueblo en burro
con las albardas llenas de panes,
recuerdos de mis seis años cumplidos
entrando en la escuela de mayores
los niños por la puerta de la izquierda
y las niñas entrando por la de al lado,
la leche en polvo de los americanos
y la tapia que separaba los patios,
ratas aprendiendo a la par que nosotros
la tele del bar de Pablo
y las tardes de los domingos
los garbanzos torraos y repasaos,
recuerdos de hace sesenta años
que siento con el cariño del que tuvo poco
y el agrado con que los disfruto…
Añadir comentario
Comentarios