Desenfundo sus sueños despacio
como el que descabalga sin perder
el viento de una mirada sumisa,
quiso emerger del dolor templado
en el que le sumergió aquella partida
aún caliente como las sabanas
que en tiempos no lejanos dieron cobijo
a sus desabrigados cuerpos,
lindos momentos de caricias
que el viento imperecedero del desengaño
arrastró por un desfiladero
desnudo de fallas en las que cobijarse
del pérfido lenguaje del desarreglo,
la quiso mas que nadie
pero con un amor entrelazado
entre el narcisismo y la indiferencia
que no dejaban que fuera ella,
sino una muñeca en la que apagar
las pocas luces
que alumbraban sus flaquezas,
quiso retenerla entre sus dientes
a base de caprichos
que como infecciones la asfixiaban,
pero solo consiguió que el amor
que en algún momento pudo dispensarle
se quebrara en el vacío tormento
de sentirse presa y en silencio,
esclava de un mundo lleno alegrías
en el que el respiro de aire puro
y la libertad son las mayores alegrías...
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