Hoy mi cama
se siente transparente
viajando sola sin velas
ni timón que la dirija,
de tanto tiempo pasiva,
hoy se siente hechicera
huyendo de dioses druidas
bajo cuyo amparo
se sintió siempre prisionera,
navega alerta al infinito
con el remordimiento
de tantos pecados sin olvido
que maltrataron su esencia,
asustada por su cobardía
sintiéndose desdichada,
mi cama, no se siente
feliz por su misión frangida
entre la simétrica porfía,
de prestarse para el descanso
y la sodomía bohemia
de favorecerse para el engaño…
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