Todo me recuerda a ti,
el agua con su morir en las rocas
pronunciaba tu nombre,
la luna era el vivo reflejo
de tus ojos sonrientes,
perdidos mis pasos
marcaban el camino
que siempre andaba contigo,
y mi mente
no dejaba de invocarte
en silencio,
la brisa me impregnaba
de ese aroma
que como daga clavada
dejaste tan dentro de mí,
egoísta azar
que juntó nuestros caminos
y como en un sueño
un momento de locura
logró separar...