Mañanita de formato añil
a primera hora luz escasa
y a partir de las once, turquesa
como las aguas donde se pasea
de una galera pirata con su calavera
el capitán tuerto y en vez de pierna
un palo de madera del que cojea
más que gallo sin gallinera,
de almirante un perro sabueso
con cara de paquidermo
por su nariz aguileña
y de tropa un gigante
que se pasea como damisela,
diez cañones por costado
treinta bucaneros de dientes negros
y cuchillo afilado, galeón pirata
rey de los mares embravecidos
y en puerto manada de becerras
con sombrero amarillo,
borrachos de taberna que al ladrido
del almirante corren raudos
como si les arrancasen la facha
con el hacha del castigo,
temibles en todos los mares
y tierra adentro, maleantes
como escarabajos encubiertos,
ágiles y rudos bastardos trepando
por el palo con los pies desnudos
y sin el escudo de su barco
bailarines sin espectáculo…