los versos que antaño
plasmaban poetisas
con la voz dormida
y la rabia del esclavo,
baladas como plegarias
de gargantas mutiladas
hasta en su firma,
soflamas a una libertad
cercenada por el hombre
que vierten lágrimas
de miradas encarceladas
sin súplica ni rencores
lanzadas al viento
con la esperanza puesta
en que sus hijos las recojan
con el cariño que se reciben
abrazos que cortan cadenas...