
De blanco quedose toda la calle
por la falla de su fisgona cámara
y el poeta que quiso ser artesano
en vez de retrato achicharrante
solo supo reflejar a un humano
con boca abierta aberrante
y es que zapatero a tus zapatos
culpando a los demás de borrar
un desaguisado que solo
la imprudencia de su objetivo
no supo sacar como es debido,
un señor apuesto en años metido
pero con la calidad de un mancebo
con pelo blanco antes castaño,
pero la alegria encubierta
de no necesitar sombrero
para cubrir las carencias de su cabeza...