Tu suelo fue la cuna
que dio luz a mi mundo,
alegría y noches de luna,
Andalucía, campos de flores
cante hondo y guitarra
bordada de paz serena,
donde son muy grandes las ganas
pero el compromiso escasea,
por lo aciago del reparto
mis asientos a pesar del corazón
partieron prestos buscando choza
hacia la nobleza de Aragón
sirviéndoles vida nueva
en la ciudad de Zaragoza,
allí como ave fénix aprendí
que la soledad
solo es un estado emocional
y que su antípoda es la rebeldía,
rebelión que en su bagaje
me dejó caer en Baleares,
donde a base de mucho esfuerzo
fui conquistando sueños,
devolviéndole sin embalajes
cada uno de los obsequios
que por trabajo me servía,
pasados los sesenta mi mente
siempre inquieta pero agradecida
siente a la primera
únicamente como una madre
que solo te da vida,
a la segunda esa tía
que te abre a lo que calla la primera
y a la tercera una abuela forzada
que te abraza fuerte
después de curarte las heridas
porque te necesita de cuchara
pero no eres sangre de su sangre...