Desde el interior de su alma
cansado pero nunca rendido
planeando cerca de su nido,
el escarche amenazaba
como sin pulso
pensando en el frío perdido
que hasta hace unos días
traspasaba la piel de su cara
como daga insolente,
hacia el frente nubes de pólvora
amenazaban tormenta,
que presagiaba el verde
que viste los campos combinado
de flores que embriagan
con el dulce aroma de sus pétalos,
la primavera lozana
se mostraba tierna
como las hojas incipientes
de vida caduca empapadas
del brillo de un sol mancebo,
que ahora las acariciaba
para llegado el verano
servir de sombra
a los avecillas limpiando
de semillas yermas los campos..