Nunca quise ser paloma blanca
ni adorar por atraer a la gente,
siempre quise ser un cantar
de contacto humano
se te agarra a las entrañas
y se pierde cuando siente
que no se le quiere,
libre como el viento sin amo
ni montaña que me frene
ni agua que me arrastre
por donde ella quiera,
tampoco quise ser marinero
porque mis piernas solo saben andar
y mi cabeza la quiero libre
de pensamientos que la hagan zozobrar,
nací con pocas destrezas
pero el tiempo me ayudó
a conseguir algunas de ellas
como beber en vaso y comer en plato
ayudándome de las manos,
me gusta reír y caminar deprisa
sin ganas de llegar al final
parándome en cada esquina,
donde la grandeza y la voluntad
sean como el vino añejo
la médula espinal de la alegría…