Fue pura magia la que nos envolvía
con su manto repleto de encanto
entre la alegría y el embrujo callado
de un atardecer en la costa de Calviá
con el sorbo placentero con que degustaba
cada beso que me regalabas,
Julio en su avance en el almanaque
nos adelantó un verano de gracia
en el que nos perdíamos cada mañana
envueltos en la sombra que apenas cubría
una sombrilla en la playa,
Costa de la Calma, Palmanova y Paguera
las tomamos con las únicas armas
que exhiben dos cuerpos enamorados,
unas simples toallas y sonrisas a puñados
con la licencia de muchas caricias
que con mucha magia nos elevaba
sin apenas rozar la arena
a lo mas alto de la esencia,
donde se degusta sin prisas
la felicidad eterna de quererse para siempre,
querido estío ya se que lo tuyo
apenas son noventa dias
con algún que otro referente a la exaltación,
pedir que te hagas eterno se que seria pecado
por eso te ruego que a Mallorca
nunca le faltes porque el amor
no es lo mismo si no es con el complemento
de uno de tus veranos...