Nunca tengas miedo por perder
porque perdiendo se aprende
se disipan dudas y se asimila
que solo somos parte
de este compromiso llamado vida,
sombría y fría como niebla
marinera y otras veces alegre
como flores en primavera,
la muerte solo una espera
a la que desearle suerte
y un reloj sin cuerda
para que no se desespere,
nunca tengas miedo de saltar los charcos
ni de cruzar los ríos porque nadando
aprendemos a alejarnos de ella,
disfruta de la espiga del campo
de los olivos verdes y de la mano
que siembra sin descanso
porque de ella nace el viento
que con su movimiento
nos enseña que la vida, aunque corta
hay que vivirla sin miedo,
escribe cartas sin destino que el camino
se encargará de entregarlas
aunque mustias por soles de fuego
y tormentas pantanosas
con un gran sabor a agua y tierra,
que siempre hablaran de tus recuerdos…