Mi intención fue seducirte
encaramada al piano blanco
desde el que fluían notas
que como aspas de molino
te elevaban sencilla al universo
de mis pensamientos,
la mañana amaneció gris
cuajada de nubes de Otoño
amenazando un día de verano
que se preveía soleado,
suerte que la brisa marinera
despejó rápido haciendo su trabajo,
las venas predispuestas
a soportar una vez mas la tensión
que anunciaba un nuevo encuentro,
tu yo y un mar radiante
con pajarita al cuello como testimonio,
los pies de ambos descalzos
disfrutando de las suaves caricias
que olas adormecidas
como promesa eterna nos ofrecían,
empezamos titubeando
como cartas anónimas
confiadas por palomas mensajeras
frías como sus alas por el largo vuelo
acabamos tumbados en la arena
abrazados y riendo nuestros nervios,
uniendo nuestros labios
en señal de timbre al encuentro
prometiéndonos un mundo
pintado únicamente para nosotros
en paleta de colores y con forma de cuento...