Desnudo me presenté ante un mundo
en el que la desnudez es un prejuicio
y la abstinencia un privilegio
del que rehúsa arrodillarse a don dinero,
descalzo di mis primeros pasos
ante la infinita alegría de mi madre
pensando que ya podría andar mi camino
sin la necesidad de sus brazos,
sin documentos quise traspasar fronteras
que no entendía guardadas
por hombres armados
que se creían los dueños
de una tierra que solo cambia
dependiendo de su distancia con el cielo,
fría en sus zonas mas lejanas
y mas cálida cuando nos acercamos al centro,
preso fue la huella que sentí
aún con la celda abierta
cuando calcé mis primeros zapatos
y vestía ropa de prestigio
de un dictador sin rostro ni pistola,
en una cárcel donde sin darte cuenta
leyes impuestas te arrastran
por un mundo que no te gusta,
donde las armas imponen su miedo
y se vive prisionero de una justicia
que inventa el poderoso repartiendo
lo justo para que aún hambriento subsistas,
un mundo donde la alegría se busca
en el supermercado olvidándonos
de rebuscar en el sitio donde radica,
esos pequeños rincones que cerramos
a la vida donde la gratuidad es cobija
y que se encuentran tan cerca
que no caemos en su cuenta
cada vez que buscamos,
por la prisa con que nos guiamos...