El día que me quieras
abrázame
como si se nos fuese la vida,
que yo abriré su puerta
a esa divina armonía
que solo tú y yo bailamos,
en silencio y abrazados
a ritmo de tango,
adivinando el parpadeo
de esas luces que te anuncian
con la frente muy alta
que la vida no es nada
tan solo una farsa
pero hay que vivirla
sin miedos ni riñas,
con la misma valentía
con la que hay
que enfrentarse a la muerte,
disfrutando con energía
relajados
superando miedos,
viviendo el día a día
y disfrutando a cada instante
de sentimientos honrados,
porque todo lo que disfrutas
te agarra más a la vida
y perderla solo miedo canalla…