
Momentos fugaces ganados entre sombras
y atajos de pensamientos absolutos
que se estampan de frente y sin mascara
contra la suerte de una vida retratada
el humo de su cigarrillo dando brillo
a un aura rematada en su mirada de artista,
Joan a pecho descubierto en virtudes
jugando con su muerte genio ante el lienzo
cuando descarga su rabia contra el vago
y el intrusismo del que cree que pinta,
compañero del que trabaja sin respiro
maestro incansable y esencia viva
del arte en una tierra donde alcanzar
la estrella es imposible por su disidencia,
genio y figura que brilla más por su bolsillo
siempre abierto para los amigos
que por una obra inigualable, escuela
de futuro que brilla a la altura de su persona.
¡¡¡gracias Joan Gibert
por seguir regalándonos tanto¡¡¡…