Se nos fue sin darnos cuenta,
asi es a veces el correr del tiempo
cuando el jardín huele a primavera,
caricias que hablan con las miradas
y bocas ocupadas con la sonrisa
el sol asomado a la barbacana
de un patio verde que despierta
al insinuante sabor de la parrilla
y Patricia princesa en su fiesta
arañando cada minuto,
añadiendo segundos a su calendario,
vinimos a celebrar y nos fuimos
como luceros dando gracias
a un cielo paraíso redondo
como la vida, agradeciendo al día
el azúcar de su mirada traviesa
y cada una de las ramas
que atraviesan su fuego loco
la brisa de su cielo y toda su dicha…