Existe una poesía
cargada de versos
que como arma arrojadiza
de notables cañones despiertos,
“Sátira”,
perversa de alma
y amarga de aroma es la suerte
donde las letras se esconden
tras la mascara de la ironía
para de forma sencilla
decirle al imbécil
sin que parezca ofensiva,
que sus acciones estúpidas,
pueden parecer graciosas
aunque maldita la gracia,
por medio de la prosa
como forma expresiva,
satirizar es, fingir cobardía
intentando evitar la pelea
con la valentía de defenderte
de cara y con copia...