Como flor silvestre de primavera
arrogante y resuelta
se enfrenta valiente a un tiempo
que ni ha elegido ni piensa
perturbarlo en extremo
a menos que alguna tormenta
de las que hay que protegerse
la exponga a hacerlo,
de trato dulce y tallo erguido
como anfora romana
dotada de una belleza
elegante y esquiva
si no percibe amenaza
son la reseña de mi pequeña Lara,
de naturaleza benigna
dada al aprendizaje sin presiones,
como acuarela de infinitos colores
dibuja por donde pasa
la sonrisa que ilustra
su rostro de niña ingenua
pero con la prerrogativa interna
de un cañon de artilleria en tregua,
una princesa que da sombra
a veranos marchitos que se piensan
que la vida es un cuento de hadas
superfluo y sin sacrificio
que no piensan en un otoño
en el que nada germina
por mucho que esparzas...