No me gusta la disculpa
con el planteamiento de excusa,
prefiero el silencio alrededor
de una taza de café
antes que un lo siento vacío
frio de ojos cerrados
que no deja absorber el alma
de vientos sin vicios,
prefiero la brisa suave
que arrastra mejoras
entre el arrullo de su viaje,
bizarro y fuerza saben
la manera de volarlo
ajenos a la debilidad
de quien lo hace solo de palabra
y no me gusta liberarme
sin antes destruir la llave
que mantenía presas
mis esperanzas únicas
y capaces de aliviar mi pena…