Mientras dejas caer la lluvia
que en forma de llanto
recorre tu cara
adhiriéndose despacio
como besos generosos
y tiernos de tacto cálido,
el algodón de azúcar
de tus pechos me eleva
a la pasión que libera
el amor misterioso
de un cielo saturado de estrellas...
Ahí es donde cierro los ojos
a la imaginación
y deduzco el sentido que tiene
un mundo que no gira,
el vivir perdido como marioneta
o un corazón pálido
porque no respira,
resolviendo
que así es como me siento
sin el candor de aceptar
que te quiero mas que a mi vida,
sin el color motivación
que regalas a mis días,
que entre la diferencia de conocerte
o no haberte conocido
existe un paraíso llamado
te extraño,
en el que no resistiría
sin tus caricias y abrazos
alimentando mi cuerpo
y que a mi alma regalan
a todas las horas pasión sin sosiego....