La desidia junto con el descuido
y el ruido que salía de nuestra boca
convirtieron en perdida
cerrando nuestras vidas
a un futuro sin esperas
sin oportunidades ni perdones,
que lejos quedaban aquellas palabras
que susurradas y al oído
abrió nuestros corazones
al principio,
que buenos aquellos paseos
que una brillante luna llena
alumbraba nuestros pasos
y nos conducían a escondidos
rincones donde desatábamos
pasiones
y nos regalábamos besos
como adolescentes enamorados,
donde quedaron aquellas promesas
de amor eterno que en la corteza
de tantos arboles dejamos escritas,
recuerdas aquellos
“este perfume no acaricia tu piel
como el roce de mis labios”
o ese otro
“me encanta el brillo de tu mirada
mientras dejas caer despacio
tus manos por mi espalda”,
con que me recordabas
que necesitabas mis caricias
como yo las tuyas prendidas
como carbones enrojecidos
por el deseo de cada uno
de nuestros sentidos…
quiero volver a disfrutar
de ese cielo azul cargado de estrellas
que me guíen por un camino
sin pedregales ni aguijones,
un trayecto que sea el definitivo
divertido y con ganas,
con obstáculos y dificultades
pero de tu mano siempre cogido
para que después de cada tropiezo,
tenga una cara amiga
con la que compartir una sonrisa
y besos que te digan despacio y al oído,
no te preocupes
que seguiré a tu lado sin prisas
hasta que nos desaparezca el tiempo…