Alzaron sus vuelos
sedientas del hambre
emisarias grises
de espolones tristes
con su sangre herida
en guerras traidoras
por vientos opresores
de paladines hambrientos,
en una tierra consagrada
de hijos adeptos a sangre
con venas embravecidas
por su apego de madre,
pedazos de vida
arraigados a amores
de lunas llenas y cosechas
que como enredaderas
sembraron esperanzas
en lo más profundo
de sus confianzas …