Como me cuesta hilvanar versos
esos días en que la tormenta
y con el viento a la espalda
el desengaño mas perverso
deja caer su última oferta de infamia,
un tiempo, tildado de inmoral
por la frialdad con que el apego
tantas veces nos gira la vida
frío e indiferente
sin la mas leve glosa
que nos devuelva la esperanza,
un período que invade
nuestro presente de lágrimas
dejando lejos tantos momentos
compartidos de ternura,
que como ofrendas
y con el único reintegro
de una mirada agradecida
expresada en su reflejo
gozábamos sin importarnos el resto.
Como me cuesta
aferrarme a la idea
de haber perdido un amigo
por hablarle con franqueza,
por defenderle con toda la fuerza
ante los enemigos,
por borrar tantos momentos
tan solo de un plumazo,
cuando en realidad
mas que darte la vuelta
te fundirías con él en un abrazo…