Siempre que me miras
abres en mi esa página
de lunas amarillas
en las que me columpio
con cada una de tus sonrisas,
sin apenas rozarte
termina mi mundo
y se abre el paraíso
donde la lívido convierte
mi cuerpo en el más melódico
de todos los ritmos,
donde las estrellas tiemblan
abandonando el mundo de los vivos
y la experiencia de disfrutarte
en la más lúdica de todas las artes…